Octubre ha sido día de pequeños viajes, pero uno detrás de otro. Esta vez acudí a Malta, un pequeñísimo país.
Tiene un encanto antiguo, de belleza deteriorada, ya sólo válida para turistas románticos amantes de lo decadente.
Lo mejor ha sido el paseo en barco viendo los diferentes puertos. Ya sabéis, yo y el agua nos llevamos bien, pero.. con madera de por medio, mejor.